Tipos de calvicie y caída del cabello, ¿cuál te afecta a ti?

Tipos de calvicie y caída del cabello, ¿cuál te afecta a ti?

La caída acelerada del cabello, conocida como alopecia, afecta a millones de personas en todo el mundo y se presenta en diferentes formas según su origen. Este fenómeno no solo tiene un componente estético, sino que también puede impactar significativamente la calidad de vida y la autoestima. De hecho, España es el país con mayor incidencia de alopecia, situando a casi la mitad de su población masculina adulta dentro de las estadísticas. En todo el mundo, entre el 40 y el 50% de las personas experimentarán algún tipo de alopecia a lo largo de su vida.

La consulta con un especialista permite establecer un plan de manejo adecuado, mejorando tanto la salud capilar como el bienestar emocional de los pacientes. Además se recomienda tener una rutina de cuidado del cabello que potencie el efecto de la posible medicación y que no empeore la alopecia. En nuestra línea se recomienda el champú redensificante para fortalecer la fibra capilar. Y también se recomiendan los suplementos anti-caída para asegurar que el cuero cabelludo recibe todos los nutrientes que requiere para que crezca el pelo.

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1. Alopecia androgenética

Es la más común y está determinada en gran medida por factores genéticos y hormonales. Aunque se hereda la predisposición a perder cabello, la manifestación concreta depende de:

  • Interacción entre la genética familiar, ya que el gen involucrado no sigue un patrón predecible.
  • Acción de las hormonas (en especial la dihidrotestosterona, DHT).
  • Envejecimiento.

El resultado es una pérdida progresiva y localizada de pelo. En los hombres suele comenzar por las entradas y la coronilla, mientras que en las mujeres se manifiesta como un afinamiento en la parte superior del cuero cabelludo. No existe una cura definitiva, pero sí tratamientos que pueden retrasar su progresión y mejorar la densidad capilar.

2. Alopecia areata

Puede presentarse en cualquier momento de la vida y su causa exacta aún no se comprende del todo. Se cree que está relacionada con una respuesta autoinmune, donde el sistema inmunológico ataca por error los folículos pilosos. En algunos casos, el cabello puede volver a crecer espontáneamente, pero también puede haber episodios recurrentes. Se caracteriza por la aparición de áreas sin pelo en forma de parches, que pueden afectar tanto al cuero cabelludo como a otras zonas corporales.

Este tipo de pérdida de cabello puede presentarse en hombres, mujeres o niños y su evolución es muy variable: en un 80% de los casos aproximadamente, el cabello se recupera de forma espontánea, mientras que en otros puede avanzar hacia una pérdida total del pelo. El tratamiento suele estar enfocado en estimular el crecimiento capilar, recurriendo a veces a fármacos o suplementos.

3. Alopecia difusa

La alopecia difusa provoca una disminución notable de la densidad capilar, otorgando al cabello un aspecto más fino y sin brillo, aunque sin generar calvas delimitadas. Esta forma afecta a hombres y mujeres por igual y su aparición suele estar ligada a:

  • Alteraciones endocrinas, por ejemplo, problemas de tiroides.
  • El uso de ciertos medicamentos (quimioterapia, anticoagulantes, anticonceptivos orales)
  • Déficits nutricionales, por ejemplo, de hierro, ferritina y zinc.

En estos casos, el diagnóstico temprano y la corrección de la causa subyacente son claves para revertir o mejorar el cuadro.

4. Alopecia cicatricial

En la alopecia cicatricial, la pérdida de pelo se asocia al daño irreversible de los folículos pilosos, que son remplazados por tejido cicatricial. Las zonas afectadas pueden presentar enrojecimiento, descamación, y a menudo síntomas como picor o dolor. Puede ser consecuencia de:

  • Alteraciones hereditarias
  • Enfermedades autoinmunes
  • Infecciones
  • Tumores
  • Agresiones físicas como quemaduras o radioterapia.

Lo crucial en estos casos es identificar y tratar cuanto antes la causa, siempre bajo supervisión médica. El tratamiento suele incluir medicación antiinflamatoria, corticoides o antibióticos. Y, si hay folículos afectados, el objetivo principal será detener el avance del daño para preservar las áreas aún sanas.

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