El paso de la cosmética convencional a la cosmética natural no es siempre sencillo. Hoy os explicaré mis altibajos en esta aventura. Pero spoiler: ahora estoy enamorada.
Yo siempre he intentado cuidar mi pelo, comprando productos un tanto caros de peluquerías, haciéndome tratamientos de hidratación o cortándome las puntas cada dos meses. Sin embargo, nunca había dado el paso a la cosmética natural.
Es más, lo más natural que había aplicado a mi cabello eran las mascarillas caseras de huevo y AOVE durante la cuarentena…Que pese a que sí me dejó el pelo con más brillo, no es algo fácil ni cómodo de hacer cada semana.
Cuando probé los productos de The Organic Republic, lo primero que me gustó fue su olor. ¡Madre mía qué bien huelen! Son tan frescos que incluso en algunos puedes distinguir solo mediante el olfato qué ingredientes son los que lleva, como la naranja o el limón. Esto ya era un punto a su favor.
Comencé por los productos más parecidos a los que estaba acostumbrada: crema corporal extra hidratante, champús líquidos y mascarilla-acondicionador. Todos me encantaron, sin embargo, comencé a notar que mi pelo duraba limpio menos tiempo.
Yo siempre he sido de aguantar con el cabello sin lavar 4-5 días, y aunque a algunas personas les parezca una barbaridad, a mí me iba muy bien. Al pasar a la cosmética natural esto me asustó: mi pelo a los dos días estaba graso. Pensé “oh no, no quiero estar lavándomelo cada dos por tres. Antes estaba muy cómoda con mi tipo de pelo. Qué pereza”.
¿Tal vez era cierto aquello que había escuchado de que la cosmética natural no limpia tan bien como la convencional? Meckk, error. Lo que le estaba ocurriendo a mi pelo era que estaba haciendo un détox de todos los productos químicos que le había puesto a lo largo de los años.
Ahora estoy muy contenta con mi paso a lo natural. Incluso me atrevo a usar champús sólidos, y tengo que confesar que incluso me gustan más que los líquidos. Todos son ventajas: ayudas al medio ambiente, a los animales, y a ti misma. Además, hacen un montón de espuma, lo cual me flipa.
Así que ya sabes, si estás esperando una señal para dar el paso, yo te animo a que lo hagas!
Un saludo,
Lucía :)